Intenté escribir poemas, y fueron más afortunados cuanto mayor era el amor que sentía.
Y no eran poemas de amor, sino de vida.
Probé música y color, y se convirtieron en arte para mis manos. Mi inspiración llegaba de lo más profundo del corazón, el pincel volaba. Y todo a mi alrededor se transformó en dulces notas, en palabras tiernas.
Quisera volver a escribir letras vibrantes, pero la musa no llega. Sólo cuando acaricio el clarinete parece que me entiende, y me regala esas notas con las que se expresa lo que la tinta ya no puede.
Deseo que las musas me visiten y me devuelvan los tonos y la rima, la luz y las caricias. Deseo volver a hacer poesía.
Todo pasa y todo llega ...
volverán las musas "en tu corazón sus nidos a colgar, volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará"
Música y poesía, idiomas universales, la voz del alma...
Un placer leerte Isabel, suena poesía en tu clarinete ...
Yo te he conocido por tus "letras vibrantes". Los tonos y la rima que deseas, se unirán a la luz y las caricias que ya tienes.
Tú ya eres poesía, Isabel.
Un abrazo.