Isabel
Me irritaban los condicionales. Sobre todo por ese modo de eludir la realidad, por esa elegancia que tiene el tiempo verbal para despistar concreciones.

Soy persona de futuros, presentes o, como mucho, pretéritos perfectos, pero los condicionales siempre supieron sacar lo peor de mí.

Y ahora, para que veas cómo son las cosas... para que veas lo que hace el tiempo, me quedo con ese condicional. Y no simplemente con el de toda la vida, no... con el condicional perfecto, que va más con mi caracter.

Es que habría dado cualquier cosa porque todo hubiese sido diferente. Habría dado mi vida a cambio de otras. Habría movido cielo y tierra, con tal de conseguir lo que deseaba a su lado. Habría estado dispuesta a tanto que ahora casi asusta, viendo cómo se diluye el pasado.

Me volví cauta, instantánea, hija del momento y del ahora. Con una visión de futuro de apenas unas horas. Para qué tanto, a una semana vista, a un mes vista, o a un año, si no sé siquiera dónde estaré para entonces, ni si estaré viva...

En brazos del presente más cercano, que me arrulla y que me viste de certeza, que me calma , me duerme, me vive . Habría luchado tanto si no fuera porque... no quiero pasarme, haciéndolo, el resto de mi vida. Será el futuro el que me guíe ahora, sin condiciones.




Isabel
Grecia blanca y azul... de colores. Vestida de cielo y mar.

Mikonos, viento y olas rompiendo contra las casas, en rojo, azul y verde. Colores, pinturas, molinos, mar.

Kusadasi, el regreso a Turquía, esa tierra de la que me enamoré. De nuevo sus olores, su gente, la belleza de su historia; Efeso, lugar inmortal cuna de cultura.

Patmos, pequeña, de aguas frías y transparentes en las que me dejé mecer, en medio del Egeo.

Rhodas, señorial e histórica, medieval. Tiempos de caballeros, suelos de piedra, posadas que les vieron descansar.

Santorini, bellísima. Volcán destrozado que dió vida a la hermosura de sus casas, de sus calles. Cúpulas azules como el mar, puestas de sol brillantes.

Creta, palacios milenarios, culturas adelantadas a su tiempo, reyes y riqueza que permanecen hoy en ruinas.

Atenas, regia; historia y piedra. Enmudece el alma delante de la Acrópolis, observando las Cariátides, entrando en iglesias y templos.

Un resumen y algunas fotos... lo que me queda de Grecia lo llevo dentro.




Isabel
La primera imagen de Donostia es toda una lucha, donde el verde intenso de los montes y el azul del Cantábrico compiten para ver cuál de ellos es capaz de embellecer más la tierra que contienen.
Castaños, pinos, abetos frondosos, enormes, que ocupan kilómetros de superficie, abrazan el suelo quebrado de arenisca y esquisto.
Bidasoa y mar, penetrando suavemente unas veces, con violencia otras, en el valle o en la costa para darles forma y vida.
Y allí, en medio de una Naturaleza generosa en dones, vive esa gente de caracter, esculpida también a golpe de lluvia, que saben disfrutar largamente de lo que se les regala, que lo convierten a su vez en su propia belleza.
Llenan los balcones de flores con tantos colores como puedan tener, los jardines de hortensias como jamás las vi, pintan las casas de alegría en rojo, azul y verde.



En las caras de los ancianos, un rictus intemporal, casi preludio a un atisbo de inmortalidad, deja a quien los mira con la impresión de que la vida allí es algo especial.


Caseríos y traineras, campesinos y arrantzaleak, barcas plantadas en la tierra, marismas e historia, fiesta y trabajo... un lugar escogido para que el ser humano sea feliz.



Eskerrik asko, Pili, Mariano e Ibon. He sido muy feliz con vosotros. Musuak!!.

Las imágenes pertenecen a distintos lugares de Donostia, Hondarribia y Pasaia (Guipúzcoa, Euskadi).
Isabel
Hoy no voy a escribir yo.
Prefiero que las palabras de un autor francés expresen lo que siento.
Vengo de ver la preciosa película "El primer día del resto de tu vida" y me quedé con la letra. No puedo añadir nada más, no es necesario.

"Una mañana como todas las demás,

una nueva apuesta.

Buscar un poco de magia

en esta inercia sombría.

Renqueando bajo la lluvia,

interpretando el papel de su vida.

Luego, una noche, el telón cae.

Es lo mismo para todo el mundo.

Quedarse de pie, pero a qué precio.

Sacrificar su instinto y sus deseos,

los más esenciales.

Pero todo puede cambiar hoy

y el primer día del resto de tu vida

más confidencial.

Por qué querer siempre algo mejor,

más lejano, más alto.

Y querer alcanzar la luna

cuando se tienen las estrellas.

Cuando las certezas se desmoronan,

en pocos segundos

sabes que el paso de la cuna a la tumba

es duro para todo el mundo.

Quedarse de pie, pero a qué precio.

Sacrificar su instinto y sus deseos,

los más confidenciales.

Pero todo puede cambiar hoy

y el primer día del resto de tu vida

es providencial.

De pie, poco importa el precio

seguir el instinto y los deseos,

los más esenciales.

Puedes estallar hoy,

y el primer día del resto de tu vida

no accidental.

Sí, todo puede cambiar hoy

y el primer día del resto de tu vida

más confidencial".

Traducción personal del tema "Le premier jour du reste de ta vie" de Etienne Daho




Etienne Daho widget by 6L & Daxii