Veinticuatro horas más, menos mal que duermo seis o siete de ellas.
Te extraño.
Ya no te siento y te extraño.
Ya no estás y te sigo esperando... esperanzas vanas.
Mañana, veinticuatro más, de una en una, y tú... quién sabe dónde, quién sabe cómo.
Quién sabe por qué.
Te extraño.
Ya no te siento y te extraño.
Ya no estás y te sigo esperando... esperanzas vanas.
Mañana, veinticuatro más, de una en una, y tú... quién sabe dónde, quién sabe cómo.
Quién sabe por qué.
Interesante cómo se comporta la temporalidad respecto del sentimiento: o el tiempo vuela, o es una tortura su lentitud.
Saludos
El tiempo, como el espacio, es relativo... ya lo decía Einstein. Todo depende del que lo vive y del que lo siente. Gracias por visitar mi espacio y compartir conmigo.