Isabel
Veinticuatro horas más, menos mal que duermo seis o siete de ellas.

Te extraño.

Ya no te siento y te extraño.

Ya no estás y te sigo esperando... esperanzas vanas.

Mañana, veinticuatro más, de una en una, y tú... quién sabe dónde, quién sabe cómo.

Quién sabe por qué.
2 Responses
  1. Interesante cómo se comporta la temporalidad respecto del sentimiento: o el tiempo vuela, o es una tortura su lentitud.
    Saludos


  2. Isabel Says:

    El tiempo, como el espacio, es relativo... ya lo decía Einstein. Todo depende del que lo vive y del que lo siente. Gracias por visitar mi espacio y compartir conmigo.