Llevo una temporada de cambios, y dentro de esos cambios está mi actitud ante ciertos pensamientos que antes sólo me incomodaban. Cuando estudiaba filosofía contaba con mis favoritos y también con los que me provocaban algún tipo de rechazo; con el tiempo, y sabiendo lo que es la filosofía y lo relativo del pensamiento humano, mis ideas se adaptaron a mi modo de sentir y así me he venido acercando a otras que me seducen y me atrapan.
Hoy leí otra frase de Nietzsche... es de esos hombres que no he podido soportar hasta que algo en sus palabras me ha hecho ver dentro de mí cosas que desconocía.
"Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad".
Me he sentido pozo profundo. No yo... mi alma. Y eso que Nietzsche no creía en el alma pero aún así, al leerle me siento plenamente identificada.
Procesos de la vida que deben digerirse hay muchos. Aquellos que se vuelven hondos son los que más cuestan de llevar a cabo, es largo el camino y desprovisto de luz. Sin embargo, lo que les da valor es justamente esa experiencia adquirida con el largo tiempo que se dedica a asimilarlos e intentar verlos en esa oscuridad profunda del abismo. Y cuando se ha conseguido, se explican muchas verdades y se vuelve uno más humilde ante el reconocimiento de esa misma profundidad donde todo se relativiza, se convierte en algo más suave y llega a hacerse propio.
Las almas convertidas en pozos son las que se llenan con las experiencias de toda una vida. Saber reconocer el valor de lo que guardan debe ser objetivo y filosofía.
El alma y Nitzsche, hasta los filósofos se contradicen.
Te dejo un par de sus pensamientos por si aportan luz en ese profundo pozo en el que todos nos sumergimos en tiempos de cambio.
"Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado"
"Lo que no me mata, me fortalece"
Isabel podría analizar tus frases palabra a palabra, así me sentí en un pasado reciente. Opté por relativizar y resistir.
Entre el negro y el blanco la cromatidad de los grises es inmensa, incluso con ilusión y esperanza la lluvia de nuestros ojos convertirán la tenue luz en un resplandeciente arco iris.
Un abrazo con todo mi cariño, el alma es tu esencia aunque algunos filósofos aun no lo sepan (guárdame el secreto).
Besos ilusos y rebeldes, cuenta conmigo para lo que gustes, tienes mi correo. Cuídate luchadora,
Los pozos profundos en nuestra vida acaban enriqueciéndonos, si somos capaces de no cerrar los ojos, de escalar por los muros duramente y no desfallecer hasta volver a la luz y los rayos del día.
Ese camino, si somos capaces de terminarlo, nos fortalecerá sin duda.
Pero ese fortalecimiento no debe hacernos estériles y secos... al contrario, debe ayudarnos a ser más templados y tolerantes.
Por eso no me gusta Nietzsche; su vitalismo tiene mucho de egoísmo y resentimiento, más que de amaneceres compartidos.
Un abrazo.
Ana, tu segunda frase la he tenido como lema de vida durante el tiempo que ha durado mi duelo. Ahora que me siento, a pesar de mí misma y no querer hacerlo, en plena etapa de resentimiento, sigo encontrando un atractivo en sus palabras que antes no tenían. Y en eso tienes razón, Celtaj... bien miradas, las cosas deben ser fuente de enriquecimiento y aprendizaje, no de sentimientos que nos hunden aún más, pero para poder llegar a dominar el dolor hay que pasar por estas etapas. Los amaneceres compartidos los dejaré para el momento en que mi alma salga del pozo profundo y del mismo resentimiento. Aún así, sé que tienes toda la razón, y espero encontrarme algún día libre de todas las cadenas y de todo lo que no sea esa pequeña felicidad diaria. Un beso para ambos.
Todo duelo conlleva sus etapas, profundos cambios y replanteamiento de valores e ideales.
Isabel, te considero una mujer fuerte y valerosa, ánimo, renacerás cual ave fénix sin perder tu esencia.
Un cálido abrazo