Mujer, adulta, en posesión de sus facultades mentales (creo), con título superior universitario, hijos adolescentes sin problemas, independencia económica... y tan poca inteligencia emocional.
Hace un año empecé a trabajar en el mundo de la educación emocional para que fuese un complemento a mi modo de enseñar y, a la vez, para ayudarme a mí misma.
Lo primero me funciona; es estupendo el modo en que se gana, pedagógicamente hablando, cuando además de enseñar matemáticas intentas poner en sus vidas ese orden en las emociones, les enseñas a identificarlas, controlarlas, vivirlas intensamente y deshechar aquellas que no convienen, así como a manifestar lo que sienten. Eso facilita muchísimo la convivencia en el aula, entre ellos y conmigo. Crea vínculos más fuertes, confianza y modos de atacar los problemas en clase con mucha más asertividad (es la palabra favorita de mis chicos).
Estoy orgullosa de mi clase, en dos meses trabajando con las emociones hemos llegado a niveles importantes de comunicación y para ellos representa descubrir un mundo que hasta ahora era caótico.
Hasta aquí estupendo... parezco hasta maravillosa. Pero sólo hay que irse al post anterior para descubrir que una cosa es enseñar y otra aplicar lo aprendido. Para ellos tengo respuestas, tengo soluciones, tengo palabras convincentes. Para mí tengo conocimientos y estrategias que no sirven de nada en el momento de la crisis. No soy capaz de controlar las emociones, todo y saber cómo hacerlo. No soy capaz de aliviar los miedos, las ansiedades, de asimilar las pérdidas de modo racional. Y se puede hacer... todo el mundo sale de las experiencias traumáticas, no son más que modos de aprender de la vida.
Me encuentro leyendo cosas del pasado, interpretando a mi modo palabras que tuvieron su contexto, escribiendo públicamente pedazos de mi alma como salida a una situación a veces poco sostenible. Escribir es un modo de purgar emociones incontroladas, por eso este blog es parte de mi autoayuda. Sin embargo, creo que es ya mucho el tiempo como para seguir manteniendo mi incultura emocional tan a la vista.
¿Cómo hacerme invulnerable? Creo que eso no está en los tratados. Mi propia profesora no era partidaria de las corazas, sino de reconducir los sentimientos. Soy capaz de hacerlo con los ajenos... no sé hacerlo con los míos. Aún no. Seguiré leyendo, seguiré enseñando, a ver si entre una y otra actividad se me enciende la luz.
Bueno Isabel, lo primero de todo es no ser tan exigentes con nosotras mismas, no esperar que en dos escobazos nos quitemos todo lo que nos duele. Paciencia y constancia, optimismo y esperanza. Suena bonito eh? pues más chulo queda cuando recoges los resultados, lo verás. Tenemos todo el derecho del mundo a ser débiles, vulnerables, imperfectas. Derecho a equivocarnos, a llorar, a sufrir ... por qué no? Y además tenemos el valor de contarlo, de escribirlo y dejar que otras personas observen nuestras flaquezas, exponernos a sus ojos con el alma desnuda. Eso es valentía, fuerza, vitalismo, optimismo, lucha, eso es inteligencia emocional porque nos reconocemos y nos aceptamos tal como somos, sin adornos, sin engaños, sin falsas apariencias.
Y gracias a personas como tú aprendo a matar mis miedos, a huir de las corazas y los silencios. Nadie imprescindible pero todos necesarios.
Besos radiantes iluminando ese horizonte que nos está esperando. Ánimo, tú puedes.
Se q sos una persona fuerte a pesar de lo poco q nos conocemos... estoy segura q es una racha malilla en la q se atraviesa pero q en poco tiempo pasara como una tormenta pasajera y dejara ver de entre las nubes lo nuevos rayos del sol.
Suele pasar...no pasa nada... somos humanos y como tan debemos aceptarnos y asi nos deben aceptar... tu tranquila q sos maravillosa como inteligente ;)
Un beso gradote!
Estoy seguro que lo lograrás. La exposición que haces del trabajo con tus alumnos me parece fantastica, pero creo que tiene que haber una reciprocidad y tu beneficiarte de ella.
Conseguiras todo lo que te propones porque demuestras tener voluntad.
Asi te lo deseo
Un beso
Creo que va siendo hora de empezar a ver la luz que la oscuridad ya esta casi siempre con nosotros.
Abra que intentarlo al menos.
Espero...
Un Abrazo.
Vamos a aplicarnos lo que dices y lo que cuentas en el post.
Alguien, que tiene ciertos conocimientos teoricos ayuda a alguien (tus alumnos) a desarrollar una cierta inteligenia emocional y a comunicarse con los demas.
Tu mediante tu blog y de la gente que te conoce, segun me parece como recien llegado , has aprendido a mostrar tus sensaciones, tus miedos a traves de las letras. ahora solo te falta un par de manos o seis o siete que te ayuden a salir de tu desazon virtual y transformarlo en maravillosa realidad. Estas dispuesta para ello, tienes todo y solo te falta la confianza necesaria y quien te ayude a comprender.
ANIMO TU PUEDES
A comprender... me ha gustado tu comentario, Fran. Es tan sencillo y tan complicado como eso. Y creo que la parte más difícil es la de recuperar la fe. Las personas van y vienen, con más o menos seriedad, pero la fe... eso si no lo tengo no lo puedo compartir.
La luz está, me levanto por la mañana y la veo, la siento más de un día, pero me molestan los días oscuros. Sin embargo, sé que también se toman buenas fotos en la oscuridad con el diafragma en la abertura más adecuada. Ahí vamos.
Ana, qué bien me conoces... a mí creo que me mata esa exigencia hacia mí, y el no tener claro cómo actuar frente a mi persona. Como dice March, hay que aprender a aceptarse, pero también a conocerse. Eso es más complicado, enfrentarse con uno mismo.
Isabel, ayer leía unas palabras con relación a aprender de los fracasos, decía algo así como:"No existen fracasos sino resultados.El hecho de que algo no haya salido bien es simplemente un resultado.Nada más y nada menos.El problema se esconde en la interpretación que hacemos de los estados emocionales producidos por el mal resultado y cómo lo asociamos a nuestra identidad.No es lo mismo tener un fracaso que ser un fracasado.
Epicteto ya nos legó aquel aforismo que dice:"El mal no se encuentra en las circunstancias, sino en la opinión que nos hacemos de ellas".
Cuando haces la pregunta ¿Cómo hacerme invulnerable?, Eduardo PUNSET comenta que la felicidad es la ausencia de miedo, pero debemos
vigilar el excesivo esfuerzo por no caer, pues sin darnos cuenta, en lugar de ahuyentar el miedo, lo estimulamos.De tanto temerlo, lo atraeríamos hacia nosotros.
Me parece que te he soltado un rollo, pero me pareció interesante
compartirlo contigo,sobre todo si te puede beneficiar en algo.
Y decirte que ¡ANIMO! que te apreciamos, te queremos y valoramos.
Besos y abrazos Isabel, yo también te admiro y mucho!
Dice el refrán “ En casa del herrero cuchillo de palo” El solo hecho de ponerlo tan claro en el papel ya es un buen paso, yo no sabría hacerlo.
Un abrazo.
Sybila, no es un rollo lo que has escrito, me has hecho volver a pensar en Epícteto... hasta hace poco tenía su frase como nick en messenger. Qué pronto se olvidan las buenas intenciones, pero qué suerte contar con gente como tú que las traiga de vuelta a la mente.
Muxica, ¿cómo no vas a saber hacerlo, si tú eres puras letras, pura inspiración?. Besos a las dos.
Hola Isabel,
"No soy capaz de controlar las emociones, todo y saber cómo hacerlo".
Dejarias de ser "humana" si controlaras gélidamente las emociones.
Es bueno reir, llorar, ser o no felíz. Vivir quizás sea eso, y quizás lo más importante es tener plena consciencia de que se está vivo.
...ser demasiado "feliz" es como estar muerto.
De toda manera, te deseo la máxima felicidad que seas capaz de acaparar.
¿Has pensado que cuando se pide ser invulnerable también se pierde la capacidad de ser vulnerable a la belleza y al disfrute de las cosas pequeñas?
Como dicen por ahí, habrá que vivir con nuestros claros y oscuros. Pese a todo ello, querernos a nosotros mismos. Yo al menos soy el único que va a estar conmigo toda la vida, más me vale aceptarme y quererme ;)
Yo creo que el educarte emocionalmente es un complicado camino donde funciona mucho la intuición y lo que vamos aprendiendo cada día. Tenemos que estar atento a esas pequeñas cosas que nos dan pequeñas felicidades cada día, que iluminan y colorean nuestra existencia. Saluditos.