Todos los años, cuando se acerca el invierno y las noches se hacen largas y frías, recuerdo la sensación de la luz en la ventana.
Hace ya bastante tiempo, tanto que sólo me quedan instantes en la memoria, recorría las calles de Barcelona de camino a casa, la casa de mis padres, después de alguna tarde de domingo vivida y disfrutada junto a los que eran (y algunos siguen siendo) mis amigos. Tardes-noches intempestivas, heladas, oscuras, húmedas... ya cansada, no parecía llegar jamás a casa.
Miraba las ventanas de los demás, donde las luces encendidas indicaban hogares cálidos con personas que se amaban. Y eso me hacía pensar en que, algún día, yo misma tendría mi propia luz y, por añadidura, todo lo que eso significaba. Con los años tuve ratos en que encontré exactamente lo que deseaba; en otros, momentos amargos que deslucían esa luz que desde fuera debían de ver tan suave. Más adelante, la luz tuvo el frío de la soledad.
Durante esta semana volvieron las temperaturas casi invernales a la ciudad y en las noches en que regreso a casa helada, cansada y medio rota, me doy cuenta de que tengo mi luz en la ventana y que allí, en lo alto del edificio, me siento protegida, cuidada, feliz y descansada, aunque ni siquiera se haya encendido la calefacción.
A veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos tras nuestra propia ventana.
"A veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos tras nuestra propia ventana."
Esto se lo has tomado prestado al mismisimo Bill Gates?
Despues del inciso de la cita, si, hace mucho frio, demasiado para no poder encender aun la calefaccion.
Besos
Pues yo creo que el señor Gates es de los que menos saben qué hay tras sus ventanas... quizá porque como la mayoría de veces se cuelgan...
Mi calefacción se enciende con termostato. A veces dentro se conserva una temperatura tan buena que no llega a encenderse. Será el calor humano o los pequeños instantes de felicidad casera. Abrazos, Fran.
La luz cálida de los más bellos sentimientos que alumbran esas ventanas esperando nuestro regreso.
Es como el amor y la amistad, siempre están aún en las más gélidas noches de invierno, acompañando la soledad.
Sigo de retiro forzoso, gracias por tus mensajes llenos de cariño. Volveré cuando pueda. Besos miles de este corazón cansado.
Ana querida, no sabes la alegría que representa volver a tenerte aunque sea un momento por aquí. Cómo te echo de menos!! Cuídate mucho, que tenemos tanto que contarnos... te espero pronto. Muchos besos.
Yo tengo una leve luz q si bien me protege y es calida, no es lo q realmente mi vida anhela... se q la tendre y se q vos la tenes pese q no tener la calefaccion encendida ;)
Un beso grandote Isabel :)
pd) Cada dia me gusta mas tu blog :)
Preciosa, preciosa, preciosa…Aquí estamos en tu ventana donde no hace frió. Esta ventana es tuya y de verano, sin frió…
Un abrazo guapa.
A veces. aún en las más gandes de las soledades, se esconde aquello que nos protege de verdad y que es nuestra propia luz que ni el más helado de los inviernos.. puede apagar..
Gracias pr tu visita!..
un abrazo.-
Es verdad que al mesnos a mi cuandopaseo no me ha dejado nunca indiferente esa pequeña rendija a veces y otras la ventana entera dejando escapar esa luz.
Pero en mi caso a veces es la luz de una farola la que entra por mi ventana sin luz.
Nos vemos.
Tienes razón.
No nos damos cuenta de lo que tenemos, porque vivimos para lo que añoramos.Y cuando conseguimos esto, seguimos añorando.
Entre añoranzas y recuerdos inútiles (¿por qué recordamos con tanta fuerza lo malo?)... se nos pasa la vida viviendo fuera.
Con la cantidad de calor, luz y cariño que podemos encontrar y conseguir dentro...
Un abrazo.
El calor, la luz y el cariño... vienen casi siempre de las personas que queremos y tambien salen de nosotros. Nosotros los seres humanos podemos hacer calido cualquier lugar y de eso no hay duda. Chauuuuuuuuu
Vivimos para lo que añoramos... ay, Celta, que ambos sabemos que el pasado es ya no más que eso, pasado. Que la vida se abre ante nosotros y nada la para. Bellas palabras, me alegra tenerte aquí.
Gracias, César, por tu visita y tus palabras. Espero que vuelvas.