Isabel
Palabras vacías, llenas de nada.
Palabras grandilocuentes que expresan sentimientos que no se sienten.
Es fácil hablar, es fácil contradecirse. Es fácil conquistar mediante la palabra... fácil escribirla, adornarla, dejar en un papel aquello que se pretende del otro, provocar reacciones, sensaciones, sensibilidades... qué fácil.
Pero vivir conforme a la palabra, eso cuesta más. Vivir practicando lo que se predica, sintiendo lo que se define, eso es otro cantar. Con la palabra se enamora, se vibra, se atrae... se establecen nexos que te cambian de por vida y no te llegas a dar cuenta de lo importantes que son para el alma y el corazón. Porque es la palabra la que en ocasiones alimenta el espíritu, es lo único con lo que se cuenta para sobrevivir.
Dejar las ideas impresas en cualquier lugar donde otro las recoja... donde alguien las tome y las haga suyas, se deje envolver por el sonido de una voz muda y mimar por las palabras.
De amor, de vida, de humanidad... también de desencanto, de ira, de indiferencia. Hablar de felicidad, escribir sobre el alma, cuando uno mismo no es capaz de conocerse. Qué fácil es hablar, que sencillo recitar frases aprendidas. Qué complicado es expresar lo que uno siente de verdad.
No deseo más literatura. Sólo personas honestas que vean el mundo de modo honesto, aún en su sencillez. No deseo poetas o escritores que regalen mis oídos con lo que quiero oir... quiero que me digan lo que sienten.
Me cansa la palabra que no dice nada, que no encierra nada, que no expresa nada. Al final, me cansa lo que hace sufrir, lo que no me permite el respiro de una pequeña felicidad.
4 Responses
  1. celtaj Says:

    Las palabras pueden estar llenas de nada o llenas de todo. El problema no está en las palabras ni en quien las escribe.... el problema está en quien las escucha.
    Las palabras sólo son literatura vacía si tú así las ves.
    Cualquier poesía o cualquier prosa puede ser nada o puede ser mucho, dependiendo de la capacidad y la intención del que las escucha para comprender su mensaje.
    Si crees que no expresan nada, si no dicen nada... puede ser que tú no quieras entenderlas.
    No busques en quien escribe un guía salvador de tus problemas, no busques unas palabras que deseas en tu interior y que no serán dichas.
    Tú misma eres tu propia salvadora, tú sola.
    Los que pueden ayudarte, lo harán con las palabras.
    Las palabras no están vacías, lo dicen todo... cada uno las aceptamos como queremos.
    Un abrazo.


  2. Ana Says:

    La palabra es comunicación, como los gestos y los hechos. No creo en las palabras vacías, todas llevan contenido, intención, sentimientos. Incluso los silencios son elocuentes.

    Expresamos sensaciones, reflexiones, pensamientos. Cada uno con sus limitaciones, como lo siente en ese momento, como le sale del alma. Solo los hipócritas, los demagogos, los manipuladores, los aduladores, los falsos y necios son capaces de mentir cuando se expresan. En nosotros está seleccionar en quien confiamos. Pero sin duda de todos aprendemos un poco. Y tu, Isabel, eres de las honestas ávidas por aprender y enseñar.

    Creo que ambas necesitamos confiar más en los demás, abrir nuestro corazón y dejarnos querer. El pasado es una experiencia irrepetible.

    Un cariñoso abrazo,


  3. Isabel Says:

    No, Celta... no era ese el sentido de lo que quería expresar. Sé que la mejor manera de saber lo que otro siente es mediante la palabra, pero hay quienes la manipulan y hacen de ella un bastión que luego no les sirve para ahorrar sufrimientos a quienes tienen a su lado. No soy yo, Celta... no soy yo la que no entiendo. He leído palabras de quien las ha utilizado contra mí, y si no contra mí, he leído palabras que se contradecían con el modo en que han actuado conmigo.
    Es algo muy personal... ¿de qué sirve hablar de las maravillas del amor a alguien que no ha sabido conservar el suyo, ni trabajarlo ni mantenerlo? ¿Con qué autoridad se habla de lo necio del sufrimiento y cómo convertirlo en felicidad, cuando tú mismo eres quien inflige a sabiendas ese sufrimiento? Eso son palabras vanas, sin sentido, a contracorriente. Son las que me hacen perder la fe.
    Y es cierto... yo soy mi única salvadora y esas fueron sus únicas palabras ciertas: "Nada puede salvarte de ti misma, ni siquiera el amor".


  4. Isabel Says:

    Hablábamos mucho de los silencios comunicantes... era parte de nuestro mundo de dos. Esos silencios que iban a convertirse en parte de nuestra vida en común.
    ¿Sabes qué son ahora, Ana? Son silencios forzosos, impuestos, obligados. Silencios que hablan de desamor, de impaciencia, de falta de fe. Los peores... los que no comunican.
    Todo esto no es más que pura catarsis.