Isabel
¿Cómo puede nadie cometer una injusticia deliberadamente, aún sabiendo que provoca daños irreparables? No me refiero a ladrones o asesinos, no me refiero a maníacos o psicóticos. Me refiero a personas que se creen en posesión de la verdad y la razón, y en nombre de esa razón no tienen escrúpulos para robar la vida y la felicidad de los otros.
¿Cómo puede nadie decir que ha amado, y mutilar al ser querido en lo más profundo de ese sentimiento? ¿Dónde está la verdad? ¿Dónde quedan las promesas incumplidas?
Preguntas y más preguntas... dudas del alma, dudas de amor. Cuando has dado tanto y tanto te han quitado, dentro de ti crecen los interrogantes, los pensamientos, las inquietudes, la ansiedad.
Cuán desgraciado puede ser aquel que no sabe corresponder a lo que un día se le entregó sin reservas, y aceptó de buen grado. Cuánta pena se lleva dentro después de que las palabras de amor de un día se conviertan en reproches al siguiente y en silencio profundo más tarde. Años de dedicación que quedan en el olvido de la noche a la mañana, sin entender ni cómo ha sido.
De poco sirve intentar olvidar, las heridas no se curan, no se cierran, sólo sangran y recuerdan día tras día la injusticia de quien no sabe ni puede enfrentarse a lo que es o a lo que quiere.
El sentido de justicia no lo da el hombre, lo lleva la vida consigo.
4 Responses
  1. Ana Says:

    Preguntas lógicas, respuestas difíciles. Isabel, no somos dueños de nuestros sentimientos pero sí responsables de nuestros actos. Dejar de amar o de querer o de sentir no se elije, llega por diferentes causas, y cuando sucede lo lógico es ser coherente y consecuente. Son las formas más que el fondo lo que provoca el sufrimiento ajeno y el propio. Prometer amor eterno es una quimera, lo justo es ser leal y sincero, respetuoso y responsable, agradecido y comprensivo. El desamor no implica olvido, ni silencio ni venganza, aunque duela.
    Si alguien no supo valorar tu cariño, tu amistad o tu fiel amor no es digno de tan nobles sentimientos.
    Disfruta el presente, guarda los recuerdos felices y con el tiempo recogerás tanto bueno sembrado.

    Las heridas curan y su cicatriz nos recuerda que nuestra fuerza interior vence todos los obstáculos. Eres más fuerte que la adversidad, ánimo luchadora, queda mucho bueno por vivir.

    Te dejo un fuerte abrazo.


  2. Isabel Says:

    Es lógico no ser comprendida, mis circunstancias no son fáciles y no es éste un blog para contar mi vida, sino sólo para desahogarme. Agradezco tus palabras, que siempre representan el consuelo de alguien que quiere el bien para ti. Pero mis heridas no se parecen a las anteriores ni son producto del desamor... sólo sé que una parte de mí ha muerto y ya no lucha más. Pero el resto sobrevive y lo seguirá haciendo.


  3. Siempre me doy una vuelta por tu pagina me gusta lo que escribes y la forma como te expresas...no hay mejor justicia que se da cuando uno perdona y olvida, no hay nada mejor como curarse uno mismo las heridas, asi aprendemos a amarnos nosotros mismos. Es una pena que se de este tipo de cosas, que persona jueguen con sentimientos de otras. Y otras se dediquen abrir mas las que ya estan.
    Solo puedo decirte que podemos saborear lo dulce de la miel mientras, no experimentemos lo acido...


  4. Isabel Says:

    Las interacciones con las personas pueden acabar en francos desencuentros. Las circunstancias presentan distintos ángulos de visión para quien las vive y eso hace que dos personas puedan sentirse a la vez víctimas y ofendidas. Sólo hablo desde mi propia vivencia, pero es probable que ni siquiera yo, en este caso, tenga un mínimo sentido de la justicia... probablemente estoy siendo tan cruel en mis apreciaciones como la otra parte.