Isabel
...Y seguiré aquí. A pesar de que tocaba perseguir mis sueños y realizar lo que Coelho decía en su Alquimista... cada día que pasa me doy más cuenta de que la literatura no es más que eso, palabras en un papel. 

A pesar de que iba a emprender un viaje más allá de tiempos y distancias hacia lo que era desconocido, pero muy mío. Con la disposición de quien se adentra en una selva peligrosa, pero adorada, iba a tomar un avión y volar y volar... Pero no, una vez más la Tierra se me hace enorme e inabarcable. 

Y no solo la Tierra... las personas se me hacen lejanas e incomprensibles. He dejado de querer entender, de poco sirve ya. He dejado de hacerme preguntas sin respuesta. Ahí está mi vida, en toda su belleza y esplendor, en momentos de éxitos e ilusiones, de risas y de calmas. Ahí está, vaciando lo que quedaba en las bodegas, para que no pese demasiado. 

Llegará el verano y me pillará desprevenida, despistada, untándome con kilos de crema solar factor 60 y con cara de no saber muy bien qué hacer. Y creo que, a la vez, con la misma sonrisa y la misma gana de playa, esta vez solo de tarde. Descansaré en las tardes de luz de sueño, me bañaré en las aguas cálidas de mi Mediterráneo (¿pero dónde voy a estar mejor yo que en mi mar?). Y bailaré como si nadie me viera... ah, que también es literatura. 

Dejo aquí la letra de una canción de Ana Torroja que siempre me gustó. Literatura y música, mala mezcla para las emociones. Y ¡qué ganas de que llegue el verano! 

Te he querido tanto
y por tanto tiempo
y con tantas ganas
y con tanto empeño…
con tan poca suerte
con tan poco acierto
con poca esperanza
sin ningun remedio.