Isabel
No suelo hablar de amor en este sitio. Ni en ninguno. No porque no lo haya sentido o no lo sienta, simplemente no era el momento.

Pero, como cada año, llegó San Valentín, ese día engañoso y comercial en el que se dan cita hipocresías y verdades, donde se cruzan palabras bellas con sentimientos vacíos. Y no puedo por menos que pensar en el Amor. Con mayúsculas.

Lejos de la concepción literaria, lejos de la poesía y del encanto de la química primera. En el Amor, como emoción que fluye, no como sentimiento. Voy a escribirte hoy, Amor, para que veas que no hay rencores en el alma, que no hay confusión y que, como emoción intensa, aún te quiero.

Porque has estado y aún estás, ahí guardado en un rincón del que no sales.
Porque has llegado a mi encuentro en ocasiones contadas, intensas e inmensas.
Porque llegas y te vas, y me dejas el vacío y me llenas de nuevo para volverme a dejar.
Te escribo porque te creo, porque en el fondo, y aunque me resista, te admiro.
Porque eres oscuro y triste, o bien brillante y alegre, dependiendo de cómo te mire... soy yo la que te mira y la que te dirige, la que te da forma y la que esculpe mis propios miedos en ti, también mis pasiones.
Porque no me equivoco cuando sé que tu nombre inspira pocas realidades y mucho de lo que llevamos dentro... y sé que la vida te cambia y te lleva y domina. Y estás ahí, Amor, lejos de donde te construyen canciones y poemas, tan lejos...

Porque sé que el ser humano te disfraza de idealismo, de belleza, cuando eres menos hermoso y más profundo de lo que queremos comprender. Y te prefiero así, real en mis carnes, hondo en mi alma, duro en tu frialdad y en tu pureza.

Y con todo lo que sé de ti ahora, en plena madurez, entiendo que te quiero fuera de un día concreto, que no deseo más regalo de ti que seas lo que eres, un sentimiento profundo que quema, o mata, o hiere, o simple y realmente, se deja vivir.

La vida se vive contigo o sin ti, ni mejor ni peor, sólo distinta. Y lo bueno es que estás ahí, que te he sentido y que, el último día de mi vida, podré decir que has existido. Fuera de San Valentín.